quarta-feira, 28 de novembro de 2007

Os Baobás - Bye Bye Darling / Pintada de Preto ( 1966, Mocambo/Rozenblit)




Primeiro lançamento do Baobás é esse compacto lançado pelo selo recifence Mocambo/Rozenblitz. No lada A do compacto temos Bye Bye My Darling, de autoria de Ricardo Contins (guitarra e vocal), boa composição em inglês com um clima depressivo/melancólico, distante do iê iê iê da jovem guarda. O lado B vem com a versão de Painted it Black dos Rolling Stones, chamada Pintada de Preto e cantada em português com trechos como “não chore mais rapaz por você alguém perder, a vida preta logo irás compreender”. Este compacto foi gravado de madrugada e segundo Carlos (bateria) com a maior pouca vontade do técnico de som e com os escassos recursos da época.

Bye Bye My Baby / Pintada de Preto (Paint It Black) (Mocambo / Rozenblit CS-1.182) – 07/1966

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Os Canibais - Grandes Sucessos (s/d, Mr. Five Music)

Discografia que reúne todo o material lançado pela banda nos anos 60, inclui os compactos de 1966, 1967, 1968, 1969 e todo o Lp homônimo de 1967.


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Os Canibais sempre foi um mistério para os colecionadores e aficcionados mais novatos por raridades dos anos sessenta. Particularmente por conta de seu único LP homônimo, lançado em 1967, contendo estranhas versões para músicas de grupos poucos conhecidos. No álbum, o grupo reinterpreta canções obscuras ou ‘one hit wonder’ dos Kinks, Merseybeats, Searchers, Outsiders e Turtles, além de músicas próprias. Integraram o grupo nascido em 1965, em plena ebulição da ‘beatlemania’, em sua formação definitiva, e presente no único disco gravado, os músicos Aramis (guitarra), Sérgio (guitarra), Elydio (contra-baixo), Max Pierre (bateria), Roosevelt e Horácio (órgão e piano). Além da música, o nome (totalmente punk) de batismo da banda, também soava estranho aos ouvidos da juventude da época.


Fernando Rosa & Nélio Rodrigues (http://www.senhorf.com.br/revista/revista.jsp?codTexto=882)

segunda-feira, 19 de novembro de 2007

Introducción Al Mundo Garajero*





Garage-rock, garage-punk, r'n'b, soul-punk... todos estos nombres y más se pueden leer en cualquier revista especializada y la cuestión a plantear aquí es si todos estos nombres valen para algo o no. Obviamente es 1a manera de saber de qué coño estamos hablando cuando hablamos de música, pero a veces todas estas denominaciones sólo valen para que cuatro snobs de mierda parezca que saben de qué pelotas están hablando (cuando en realidad no tienen ni idea) y en vez de usarlas en beneficio de un mayor entendimiento, se usan para todo lo contrario: para que nadie sepa de qué narices están hablando. Así que, en este número de tu fanzine favorito, vamos a intentar aclarar algo de estos términos.
Está claro lo que significa garage, en el sentido de sonido latoso de grupos que intentan imitar a sus ídolos con medios bastante escasos, que ensayan en el garaje de su casa, de ahí el nombre en cuestión. Pero hay que diferenciar entre garage-punk y garage-rock. El garage rock es un fenómeno que ocurrió antes en el tiempo, y evoluciona desde los grupos de frat-rock que surgieron a principios de los sesenta empujados por su amor a los sonidos negros que triunfaban en las listas de r'n 'b, a lo que añaden un ferviente amor por los sonidos de la primera invasión británica, con los Beatles a la cabeza. Frat-rock bands son los grupos de muy principios de los sesenta y finales de los cincuenta que se dedican a imitar a los ídolos negros del momento, como Fats Domino, Ray Charles etc, y también se dedican a hacer imitaciones del otro estilo de moda por aquel entonces, los instrumentales, con formaciones clásicas de guitarra bajo y batería (y órgano algunas veces) aumentada con vientos la mayoría de veces (saxofones aullando a dolor). Formaciones clásicas de este estilo son, claramente las bandas de finales de los cincuenta del Northwest americano con los míticos Wailers la cabeza. Los Wailers son el arquetípico ejemplo de frat-rock band que evoluciona y cambia su sonido hacia el garage-rack, influidos por esas primeras bandas inglesas que vuelven loca a la juventud americana.
Así, uniendo estos dos factores obtendremos la razón de la existencia de los miles de grupos americanos que inundaron todos los rincones del país, grabando un single o un par a lo sumo, con relativo o escaso éxito en las listas de hits locales, probando suerte a ver si podían triunfar a nivel nacional como lo hacían sus ídolos, si bien decir esto es repetir lo que todo el mundo sabe y además yo creo que a pesar de que siempre se piensa en triunfar con tu grupo, el verdadero motivo de que surjan todas estas bandas es el ligar como un animal, reírse y emborracharse todo lo que se pueda. Lo demás ya vendrá. Así pues, diversión y sexo son los motivo principales de que estos chicos se junten en los garajes de sus padres para crear el último hit del momento. Y sucesivamente en el tiempo hace su aparición en escena el garage punk. Personalmente es el tipo de garage que más me interesa. La diferencia con respecto al garage-rack son las influencias y la época en que surgió esta segunda oleada de descerebrados juerguistas. Los grupos de garage-rack surgen pues tras la primera oleada de invasión británica encabezada por los Beatles. Ahora la segunda invasión viene de manos de los chicos malos del rock británico, los Rolling Stones y toda una legión de fieles seguidores del r'n 'b, Kinks, Who, Pretty Things... Se diferencia principalmente por un sonido más sucio si cabe y el calificativo punk se añade ya que sus intenciones suelen ser más "violentas" y provocadoras: los pelos serán más largos, los componentes de los grupos peor parecidos y la actitud en general más nihilista. No olvidemos tampoco que éstos no fueron pioneros, sino una versión "ampliada y mejorada" de los primeros grupos de frat rock a los que nos referíamos antes.
Así pues, los grupos dejan de basarse en el merseybeat de los BeatIes, Scarehers, Dave Clark Five o Jerry and de Paeemakers y su principal influencia ahora es el r'n'b, es decir, blues tocado con la urgencia de un adolescente en celo. Menuda contradicción, o menuda estupidez. Era como vender a los americanos su propia música, sus propias raíces, pero envasada en un bonito tarro de fabricación inglesa. Peor para ellos. Muy bien. Si hasta aquí está todo claro, es porque sólo hemos teorizado. En la práctica esto no es tan fácil. Pongamos un ejemplo: los Sonics. Grupo del northwest americano, de principios de los sesenta, surgidos en el tiempo antes de la llegada de la segunda invasión británica, al menos en sus dos primeros discos, pero el que diga que los Sonics no son un grupo de garagepunk, que venga dios y lo vea. i i j ¡No he oído algo tan salvaje y saturado en mi vida!!!! Los Sonics son la banda de garage por excelencia. Si no tienes sus discos, no se que haces ahí sentado leyendo todo esto. Vete inmediatamente a tu tienda de discos y píllate al menos los dos primeros discos de las bestias pardas del garage mundial. A raíz de todo este movimiento de bandas, el resto de denominaciones son puras subclasificaciones de clasificaciones. Por ejemplo, ya que hablábamos de soul-punk al principio de este articulo, es fácil deducir que la subcorriente que engloba este término es la de las bandas influenciadas por el soul negro de mediados de los sesenta, pasado por la turmix de las bandas de garage, con lo que nos da un soul ultramongolo, tocado por energúmenos sin ningún tipo de idea de cómo tocar un instrumento. Así pues, en estas subdivisiones o divisiones surgidas de la unión de otras varias subdivisiones, las características comunes siguen presentes, la única diferencia es que algunas bandas dan más relevancia a alguna de esas influencias sobre las demás y de ahí el nombre que pongamos tras la palabra garage.
Y, ¿qué tienen todos estos grupos (si, como he dicho antes, sólo son copias cutres del original) para llamar tanto la atención (o al menos a cierto tipo de gente insana y de costumbres mas que dudosas. Bueno, pues que tampoco todo es como se presenta en la teoría (como también dije antes). Estas bandas, si bien se inspiraban en todos esos grupos e influencias antes comentados, no los copiaban al pie de la letra, simplemente se basaban en ellos, les influenciaron, pero nada más. Todo grupo, todo compositor tiene una influencia, así pues, esto no es algo que se puede reprochar a nadie. Lo que busca el garagero al comprar esas recopilaciones de singles sacados de las catacumbas, o al menos lo que a mi me interesa, es encontrar una actitud y un sonido. Actitud y sonido en los que viene envuelta una melodía más o menos buena. En resumidas cuentas, lo que se busca es una buena canción, tocada con dos pelotas y con un sonido que refleje el barullo mental y emocional que transpiraban los cientos de adolescentes en celo que poblaban los suburbios de las más sucias y tristes poblaciones de los Estados Unidos, lo más cercano posible al ruido que debían producir todos estos adolescentes en celo encerrados en el garage de la casa de sus padres y tocando con los instrumentos más baratos que encontraron en la tienda de música de su pueblo. Desde luego que hay grupos que calcaban a los RoIling Stones o a los BeatIes, pero eso ya entra en tu parcela, amigo. Tú eres el que tiene que diferenciar entre copias y originales, entre buenos y malos y si necesitas que te lo digan, no seré yo el que lo haga. Lo realmente interesante de todo esto, al menos para mí, no es la originalidad de estas bandas o la calidad de los músicos (si quieres "calidad" tira este fanzine a la basura y cómprate todos los discos de Yes o Emerson Lake and Palmer) sino el espíritu con que tocan las canciones, la rabia, la alegría, la velocidad y la impericia. El espíritu de la mayoría de estas bandas está capturado en un pedazo de vinilo que ciertos descerebrados se preocupan en buscar y restaurar para que tu, triste comprador, te dejes los cuartos comprando la última colección de garage que sale al mercado.
No se puede tocar garage con más de 23 años, si no, mira a los tipos que hoy día actúan por el mundo bajo el nombre de RoIling Stones. Si queda algo del espíritu con que esos cinco (bueno, ahora "Stones originales" sólo quedan tres) chavales empezaron a tocar, que venga dios y lo vea. Cualquier banda de admiradores de los Stones tendrá más espíritu garagepunk que todos los garage punkers de los sesenta que siguen viviendo de las rentas. Los grupos cabeceros de esta historia no editaban discos tal y como les gustaría a ellos que fueran. Tenían que endulzar su sonido, hacerla agradable a los oídos de miles de jóvenes que van a comprar el siguiente disco de los Stones, y eso, a la larga será una pesada losa para ellos.
En cambio todo este movimiento subterráneo y anárquico que hoy en día un número reducido de retrasados se empeña en buscar comprar y degustar, esta gente no piensa de esa manera, y si bien sus medios son generalmente escasos, sus grabaciones son más fieles al espíritu original que los maquillados discos de los ídolos ingleses del momento. La gente está harta de escuchar mierda prefabricada orientada al consumidor, sonidos amables, fáciles de digerir. Estos chavales tocaban rock'n'roll, ni más ni menos y no perdían el tiempo adornando ni adecentando el sonido. Escupían las canciones tal y como les salía porque así era como las sentían yeso es lo que diferencia a los Rolling Stones de 1963 de los tipos que actúan bajo ese nombre en el año 2002.
Eso y unos cuantos millones más en la cuenta corriente y es que, por muchas historias que me cuenten, no se puede pensar actuar ni vivir igual con 18 años que con cuarenta, y mucho menos si a los dieciocho eres más pobre que una rata y a los cuarenta tienes tanto dinero que no lo puedes ni contar. Y ya que este artículo empezó con la idea de ser una clase magistral de garage, teoría y práctica y se ha convertido en un pequeño panfleto en contra de los músicos de cartón piedra, de los músicos que, como decía Zappa, están en esto por la pasta, (que los hay) y de ancianetes que creen que todavía les queda parte del pastel por comer se resisten a desaparecer. Y que conste que no tengo nada en contra de los viejos músicos que sí han sabido envejecer, Es, yo creo, una cuestión de "necesidades" y la diferencia está en si hacen música por necesidad, porque les sale, o si hacen música por necesidad, porque tienen que comer y no saben hacer otra cosa. Joder, algo habrá que sepan hacer. Pero de todas formas, por favor, que dejen de editarles discos. Aunque si lo miras fríamente la culpa es tanto suya como de los ingenuos compradores que creen que porque un disco lleve un determinado nombre ya es garantía de calidad, La música es música y el intérprete su portador, así que un hermoso portador también puede llevar un zurullo de mierda en su bandeja de plata. Hasta la próxima,
.A


*Extraído del fanzine Poodle Bites # 1

sábado, 20 de outubro de 2007

Los Saicos - Wild Teen Punk From Peru 1965


LOS SAICOS são autênticos punks garageiros sessentistas de Lima no Peru, no início o nome da banda era Los Sadicos, mas pela censura da época optaram por essa versão estilizada do inglês, fazendo uma alusão ao filme PSYCHO de Hitckoock.
Provavelmente a banda mais selvagem e agressiva musicalmente da América Latina nos anos 1960, vide os instrumentais crus e os vocais berrantes. Suas músicas não só abordavam os relacionamnetos e o cotidiano adolescente, como era comum na época, mas cantavam também sobre temas mais sombrios e chocantes como enterro de gatos, cemitérios e destruição.
A banda durou de 1964 à 1967 e é com certeza a primeira manifestação de música punk na América Latina, não deixando nada a dever ao garage punk gringo da época e o de coletâneas como Back From The Grave, que resgatam bandas perdidas e seus compactos furiosos dos anos 60.Só lançaram compactos nos anos 60, mas tiveram eles reunidos em Lp recentemente pelo selo espanhol Eletro-Harmonix.A banda é cultuada em seu país pelo pioneirismo na selvageria e teve uma versão de sua música DEMOLICIÓN cantada pela banda punk Leuzemia.
Acima falei que Los Saicos podem ser considerados os primeiros a fazerem um rock mais agressivo na América Latina, nos anos 60 esse tipo de rock era chamado de garage rock e sua versão mais radical depois levaria o nome de garage punk. Então podemos considerar os Saicos tanto a primeira banda de garage rock da América Latina como também a primeira banda garage punk latinoamericana. Uma breve pesquisa nos revela algo mais, os pioneiros do garage rock a nível mundial são geralmente considerados os Sonics de Seattle nos E.U.A, cujo o primeiro registro é o compacto "The Witch / Keep A-Knockin" datado de 1964, mesmo ano do primeiro compacto dos Saicos "Come On / Ana". Baseando-se em seus registros podemos por os peruanos do Saicos no mesmo patamar de pioneirismo a nível mundial do garage rock dos americanos dos Sonics.
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terça-feira, 11 de setembro de 2007

Garage Rock por Roy Shuker


Garage Rock por Roy Shuker


Dicionário de Música Pop de Roy Shuker (editora Hedra).

Boa leitura.

bandas de garagem; garage rock: No final da década de 1960, as bandas de garagem (assim chamadas porque seus integrantes tocavam em garagens ou porões) eram particularmente proeminentes nos Estados Unidos. Essas bandas responderam à invasão britânica do mercado norte-americano. Tocando um rock básico, com grande entusiasmo, muitos desses grupos produziram em sua carreira apenas um sucesso, com alguns deles transformados em clássicos. Entre as bandas de maior longevidade estão The Standells, The Eletric Prunes e The Count Five. Entre as canções regravadas destacam-se "Gloria" (originalmente, integrava o lado B de um single do grupo britânico Them, gravado em 1966), "Hei Joe" (The Leaves) e "Luie, Luie" (Kingsmen). No Reino Unido, o estilo garage foi melhor representado pelo Troggs ("Wild Thing", 1966), um grupo protopunk comercialmente bem-sucedido.


Em 1972, uma compilação das gravações de bandas de garagem (Nuggets) reunidas por Lenny Kaye renovou o interesse por esse tipo de obra, produzindo uma grande quantidade de relançamentos (Nuggets, vols. 1-12, Rhino; e Pebbles, vols. 1-10, AIP). No texto de Kaye, o gênero recebeu a denominação de "punk rock", um reconhecimento prévio da influência posterior do estilo garagem sobre o punk rock pós-1977. No final da década de 1970 e início da de 1980, o advento do punk provocou um renascimento do interesse pelas bandas de garagem, cujo o som não é significativamente diferente. Recentemente, o termo "garage dance" aplicou-se a uma forma de dance music de New Jersey (o clube Paradise Garage) e Nova Iorque, que também se desenvolvel no Reino Unido.


Entre as características da música garage rock estão "o desvio capaz de chocar, o excesso de gritos estridentes e zombarias e as guitarras ruidosas, quase sempre dotadas de um timbre encrespado" (Erlewine et alii:1995). O gênero era constituído em grande parte pelos moradores brancos e adolescentes dos subúrbios. Surgiu pela primeira vez por volta de 1965, sobretudo em pequenas gravadoras locais e ligadas a fortes cenários regionais (especialmente Texas e Califórnia), cada um com um estilo distinto. Em 1967 e 1968, o gênero sofreu um declínio, já que os membros das bandas sofriam as consequências do recrutamento para a Guerra do Vietnã, da necessidade de frequentar a faculdade e também da falta de sucesso comercial. As bandas de garagem sobreviventes tenderam para um som mais progressivo e psicodélico (por exemplo, The Eletric Prunes, The Blues Magoos e The Chocolate Watch Band).


O gênero e seus grupos são estranhamente negligenciados em diversas histórias do rock norte-americano (Friedlander: 1996; Garofalo; 1997), ainda assim possuindo uma legião de adeptos, com fanzines e sites na Internet.


*Leitura adicional: Bangs: 1992 (inclui discografia); Erlewine et alii: 1995; Heylin: 1992. *Escutar The Chocolate Watch Band, The Best of The Chocolate Watch Band, Rhino, 1983. Nuggets Volume One : The Hits, Rhino, 1984. The Troggs, The Best of The Troggs, Polygram, 1988.

quinta-feira, 6 de setembro de 2007

História do Northern Soul

História do Northern Soul

Você mora numa cidade perdida em algum lugar do norte da Inglaterra. Centenas de fábricas ocupam o horizonte com chaminés, poluindo o céu com um vômito de fumaça cinzenta e escura. Durante a semana, em uma dessas fábricas, você trabalha numa escravidão das nove às cinco: manejando na linha de produção, varrendo o curral, removendo merda. O trabalho é ingrato, mas ele te paga o suficiente para você viver. Mais importante, ele te paga o suficiente para você sair e dançar. Porque embora a fábrica talvez seja seu trabalho, isso certamente não é a sua vida. Todos os finais de semana, você viaja para outras cidades perdidas do norte, se veste legal, se entope de drogas e dança pra valer músicas obscuras de soul music, sonhando o tempo todo com cantores de impossíveis lugares glamourosos como Detroit, Chicago e Philadelphia. Sua vestimenta é fora de moda, mas bastante prática. Das suas polos brancas da Fred Perry descendo para seus sapatos de sola de couro Ravel, tudo que você veste é para conforto e agilidade. As drogas que você toma também são práticas: um exército de anfetaminas, engolidas para o único propósito de deixar você na pista de dança até o amanhecer. Você dança discos de artistas desconhecidos, de gravadoras que ninguém conhece, cantando canções que pouquíssimas pessoas escutaram até hoje. Porém são esses discos que são seus únicos tesouros, os únicos que você gasta dezenas de pounds - as vezes até milhares - do seu magro salário para adquiri-los. Seus amigos, ainda no rock progressivo ou então descobrindo os moldes pop-glitter do glam rock e Bowie, riem de você. Eles não entendem o mundo secreto que você habita. Eles não entendem as roupas, a música e os rituais da sua existência underground. Na sua cabeça, você faz parte de um grupo fechado, você pertence a um dos mais puros e descontaminados movimentos musicais de todos os tempos. Você é um “Northern Soul boy”.

A primeira cultura rave

Exatos quinze anos antes da cultura rave chamar atenção para sua existência, Northern Soul apareceu com quase um plano total. Aqui havia uma cena onde garotos da classe trabalhadora saiam juntos em grande número, vindos de vários lugares e distâncias, para lugares obscuros, para tomar drogas e dançar músicas que ninguém mais se importava. Foi uma cena em que união era tudo. Foi bastante ignorada ou tratada sem respeito pelos sofisticados jornalistas musicais ou pelos clubs de Londres, permitindo que ela se desenvolvesse vastamente, sem perturbação ou observação. E, como no movimento rave (em que a “essência do movimento” divergiu do lado mais mainstream da cena na tentativa de preservar o espírito original da música), Northern Soul acabou num dramático final, assim como os DJs progresivos encontraram sua política/mente musical mais aberta, com forte oposição dos tradicionalistas, a “essência do movimento”. Northern Soul tem sido amplamente descrito como um não-influente movimento musical, mas de fato ele foi um passo muito importante para a criação da atual cultura club e também para a evolução dos DJs. Muitos dos primeiros discos que atingiram as paradas na Inglaterra decorrentes dos clubs vieram dos clubs de Northern Soul. E foram os DJs de Northern Soul que introduziram muitas das inovadoras artes ‘estilosas’ de discotecar e certamente não foi coincidência que o primeiro DJ com aptidão suficiente para tocar House veio de um passado Northern Soul. De fato, até a Disco-Music emergir em New York, graças ao Northern Soul e clubs como Catacombs e Twisted Wheel, a cultura britânica de DJ estava muito mais avançada do que na América. O que o Northern Soul trouxe ao DJ foi obsessão. Pois isso cravou uma incrível recompensa na cultura da raridade musical, fez dele um obsessivo e compulsivo colecionador de vinil. Isso ensinou à ele o valor de discotecar discos que ninguém tinha, de gastar meses, anos e milhares de pounds na procura daquela canção inédita que poderia trazer o público, a audiência sob seu domínio. Mandou o DJ atravessar oceanos para caçar em empoeirados e miúdos armazéns de discos por clássicos desconhecidos, que sua concorrência não tinha e não poderia tocar. Northern Soul mostrou ao DJ como transformar o vinil em pó de ouro.

Um gênero construído do fracasso
Falando de um modo geral, Northern Soul foi a música feita por milhares de cantores e bandas que copiavam o som de Detroit da Motown nos anos 60. A maioria deles foi um tremendo fiasco em sua época e cidade - foi a música de artistas sem sucesso, de miúdas gravadoras e pequenas cidades, todas perdidas na vasta expansão da industria do entretenimento nos EUA - mas no norte a Inglaterra do final dos anos 60 até o auge no meio dos anos 70, isso era apreciado e exaltado. Northern Soul foi rotulado assim por causa do lugar onde ela era tocada e curtida, e não onde foi criada. A palavra “northern” dentro do Northern Soul refere não à Detroit, mas Wigam. Não à Chicago, mas Manchester, Blackpool and Cleethorpes. Fundar um gênero em volta do amor à uma música que o resto do mundo tinha esquecido era mais ou menos como se encontrar com uma porção de amigos e falar Latim, mas nos clubs baseados no parque industrial do norte britânico, era exatamente isso que acontecia. Isso poderia ter sido por que seus hábitos de tomar drogas demandavam um certo estilo de música, por causa desse rápido e libertador estilo - originado de Detroit, a cidade “motor” - de certo modo gerou essa existência mecanizada. Também poderia ter sido simplesmente por que eles eram resistentes em ver seu estilo de música preferido morrer do nada e ver que o resto do mundo estava cansado disso. Seja lá qual for a razão, esses jovens da classe trabalhadora (quase todos brancos), do norte inglês começaram a celebrar uma série de discos que foram completos fracassos dentro do seu contexto original. O culto por algumas músicas tornou a cena de clubs underground bastante próspera. Por muitos anos, por ser tão independente, a cena também era muito pura. Northern Soul era inteiramente uma cena de clubs, por isso não precisava ser aprovada pelas paradas, não precisava dos hits universais. E porque era um movimento retrô, não tinha a necessidade de ter novas bandas, jovens novas estrelas. Na verdade, pelo fato dos discos terem sidos feitos e lançados anos atrás, não precisava absolutamente de nada da indústria da música. O que era preciso, entretanto, era um exército de dedicados e inteligentes colecionadores determinados a descobrir discos suficientes para dar continuidade à cena. Sem novos discos sendo descobertos e tocados, isso poderia rapidamente resultar em nada mais do que uma sociedade de apreciadores das mesmas velharias de sempre. Com sorte, haviam muitos incentivos para viagens de descobertas de novos discos. Northern Soul tinha um apelo particular para colecionadores, já que era uma cena construída quase que inteiramente por raridades. Um disco não poderia ser somente bom, tinha que ser raro também. Se uma faixa soasse como se ela tivesse sido gravada em algum lugar de Detroit, era muito melhor (embora algumas músicas fossem realmente gravadas em um lugar de Detroit). Acima de tudo, havia um fato atrativo que uma coleção de discos de Northern Soul era - na teoria, pelo menos - ‘completável’: afinal já que apenas discos feitos com um certo estilo em uma certa época em um certo lugar eram aceitos, havia um estritamente finito número de bons discos a serem descobertos e possuídos. Trabalhe obsessivamente e você poderia um dia ter um set absolutamente completo de uma discotecagem Northern Soul. Ainda, dado esse fetiche por vinil, o prestigio que existia ao encontrar novos discos era enorme. Nesse mundo fechado, o homem que descobriu uma música como “There`s a Ghost In My House” de R. Dean Taylor ou “Tainted Love” da Gloria Jones poderia se banhar de admiração dos outros e ser bastante adorado pelo público. Um DJ com uma música exclusiva poderia ver seu público aumentar rapidamente e seu status se elevar. O valor dos discos subia por conseqüência. “Quando você encontra um disco desconhecido, é como ver um bebê nascer”, reflete Ian Dewhirst, um importante DJ de Northern Soul. “Você ouve ela em casa e se maravilha que essa faixa funcionará. E logo você vê sua visão confirmada. Imediatamente a música se torna “quente”. Ver um disco desconhecido ir do valor zero a ser bastante valorizado, era quase que uma carta na manga”. Nos clubs, os jovens dançavam e se guiavam dentro de uma grande excitação e êxtase com os últimos tesouros da América. Pôsteres para o público indicavam não apenas o DJ que estava lá, mas também os discos raros que ele poderia tocar. Dado essa atração doentia sem precedentes por discos, a caça pelos sons mais raros foi comicamente uma longa tortura. Apesar da recompensa financeira ser desproporcional, não havia carência de corajosos exploradores com uma passagem na mão para o ‘novo mundo’, confiantes de que eles poderiam retornar, não com uma caixa de empoeirados e esquecidos singles 7” polegadas, mas com uma caixa cheia de jóias e pérolas.`


The Twisted Wheel e as raízes do Northern Soul

Quando Eddie Holland, Lamont Dozier and Brian Holland ouviram o novo hit dos The Four Tops em 1965 pela Motown chamado “I Can`t Help Myself” (o primeiro havia sido “Ask The Lonely”, do ano anterior), perceberam que ele poderia ser bastante influente para uma estranha turma de DJs obcecados por soul-music no norte da Inglaterra. Da abertura com salva de bateria, baixo e piano até os grandiosos arranjos de cordas, e ressonantes e rítmicos vibrafones que serviam de base para a voz de Levi Stubbs, isso rendeu um padrão, uma forma para o Northern Soul. “I Can`t Help Myself” tinha exatamente o tipo de sonoridade que eles queriam no Twisted Wheel. Neste club simples com clima de porão, perto do centro de Manchester, por volta de 600 garotos se espremiam todos os sábados à noite e dançavam os sons mais raros do país. Dançavam até 7h30 da manhã de domingo. O Twisted Wheel abriu em novembro de 1963, localizada em 26 Brasenose Street, como um lugar que varava a madrugada, tocando um mix de blues, early-soul, bluebeat e jazz (no dia 18 de setembro de 1965 ele se mudou para uma segunda localidade, em 6 Whitworth Street). A novidade das festas que varavam a madrugada rolou por um tempo e foi sem dúvida o primeiro a alimentar esses garotos. Mas em dois anos, como o costume nos clubes mudou significantemente, o Wheel poderia se tornar um raro oásis para tal música. Em Londres e no sul, o rock underground começou a dominar. Mas nos clubs do norte, essa tendência não virou moda, não pegou. Talvez por causa que o norte, predominado pela firme classe trabalhadora, se prendeu numa tendência de sessões de soul que se estendia madrugada adentro. Talvez isso rolava simplesmente porque a cultura pop se espalhava mais devagar do que agora. As comunicações entre Londres e o resto do país eram certamente mais limitadas e as únicas revistas relevantes de música se especializaram em rock e pop. Então os “wheelites” (freqüentadores do Twisted Wheel), cheios de felicidades, não estavam cientes de que estavam se tornando um anacronismo, continuando a dançar os contagiantes discos de soul que eles tanto amavam. Havia uma boa razão para o clima rápida das músicas tocadas no Wheel. Sua clientela era presa à velocidade. Eles consumiam pastilhas inteiras de comprimidos de tarja preta, como os prellies e dexys (drinamyl, preludine e dexedrine), tanto comprados dos traficantes dentro do club ou roubados das farmácias. Não era raro freqüentadores que estavam indo para o club pararem no meio do caminho para entrar numa farmácia e roubar essas drogas, e assim conseguir seus sustento para mais uma noitada. “Esses caras ‘bad boys’ tinham que patrulhar de vários jeitos em Wigan,” lembra Ian Dewhirst, “e olhar para as lojas farmacêuticas que não tinham uma boa segurança. E não importava por onde eles entravam, você poderia quase apostar sua vida que alguma farmácia seria assaltada.” Abastecidos por essas anfetaminas, eles dançavam de várias maneiras um específico tipo de música. O tempo rítmico era tudo. Para rolar isso no Wheel, uma música tinha que ser energética o suficiente para deixar agitado os “speed-freak-dancers” - impulsionada por uma urgente e pesada batida Motown, com trompetes e instrumentos de cordas e com um melodramático vocal negro. Essa música não era funkeada, mas era rápida. As letras não falavam de sexo, mas sim sobre amor; melodias sentimentais que provia a trilha sonora da libertação da mente dos trabalhos monótonos das fábricas. “O Twisted Wheel era um lugar incomum, pequeno, com cinco ambientes e pisos de pedra”, lembra Dave Evison, que mais tarde discotecou no Casino, em Wigan. “Bicicletas estacionadas em todos os lugares que você olhava. Levei quatro semanas pra descobrir onde o DJ ficava: ele ficava escondido atrás de uma pilastra velha de metal! Como parte da dança, os garotos costumavam correr e dar pulos, e ver quão alto eles conseguiam pular. Foi uma coisa jovem, ansiosa. Havia um respeito pelos disc jockeys; havia um respeito pelo que ele tocava. Foi uma boa cena”. O que era extraordinário era a mobilidade dos ‘clubbers’ que começaram a ir lá. Aficionados por soul viajavam vários quilômetros para chegar no Twisted Wheel. Se você achava que ninguém tinha sido capaz de deixar sua cidade e ir dançar em outra cidade até a época das raves, pense novamente: esses garotos estavam fazendo isso não em 1989, mas em 1969. “Uma das partes da diversão era de fato viajar até lá”, relembra Carl Woodroffe, que como Farmer Carl Dene iria se tornar um dos DJs pioneiros da cena. “E as rodovias não existiam como elas são agora. A M6, por exemplo, não iniciava até que você fosse no norte de Cannock para ir para Manchester”. Cobertos por roupas normais, ‘wheelites’ como Dene faziam uma jornada até Manchester antes de se ‘transformar’ com ternos bem passados, camisas justas e gravatinhas estreitas. Este estilo, que predominava no Wheel, veio para esses clubbers oriundo dos mods do começo dos anos 60. E, sem dizer respeito ao calor do club, esse era o jeito que você tinha que ficar até voltar pra casa. “Você ficava encharcado de suor, mas tinha que ficar com o terno até sair do club” ri Dene. “Mas com o terno sempre era uma boa forma de você chegar nas garotas. Era ótimo aquilo”. O primeiro Twisted Wheel na Brasenose Street foi onde originou a sonoridade do Northern Soul. O DJ residente Roger Eagle tinha um gosto eclético pela black-music, tocando o blues do Little Walter, o jazz moderno e pesado do Art Blakey, mixando isso com Solomon Burke e o som da Motown do começo. Embora importações fossem escassas no começo dos anos 60 na Inglaterra, ele foi fazendo dinheiro importando discos em xadrez da América, e tocando esses discos desde o começo do Wheel. Entretanto, Eagle viu os ‘speed-dancers’ ditar cada vez mais o clima de seu set. Eventualmente ele ficava frustrado com a cena de anfetaminas que rolava no Wheel, forçando seu eclético playlist em direção a um único e forte clima e tempo rítmico. “Eu comecei o northern soul, mas de fato achei a música muito limitada”, ele conta, “porque nos primeiros dias eu tocava uma música da Charlie Mingus, depois mandava um hit, seguido por uma canção do Booker T., depois uma do Muddy Waters ou do Bo Diddley. Gradualmente, havia essa adoração por uma espécie de som. Quando comecei a discotecar, podia tocar o que queria. Mas depois de três ano, tinha que me limitar a um único tempo rítmico, o que é o que o northern soul é”. Claramente, na época que o Wheel se mudou para a Whitworth Street, essa música tinha se encolhido consideravelmente. Os últimos DJs residentes - Phil Saxe, Les Cokell, Rob Bellars, Brian Phillips e Paul Davies - se concentraram em ritmos mais agitados e rápidos. Naquele tempo, o Wheel era o lugar para se tocar. “Oh, era um lance meio cult no Wheel se você discotecasse lá”, conta Bellars, rindo. “Haviam pessoas implorando para fazer isso!” Embora havia uma considerável variação de estilos e rítmos, os DJs tocavam um soul muito restrito e limitado. “Nós estávamos tocando algo a mais do que era chamado de rhythm and blues, mas depois tocávamos novos lançamentos como Incredibles, Sandy Sheldon e todos os bons discos do EUA. Discotecávamos coisas importadas como “Agent Double-O Soul”, do Edwin Starr. Tocávamos coisas do Revilot e Ric-Tic. Tudo na OKeh veio do Wheel. Eles não eram necessariamente freneticamente rápidos, mas foram os precursores do que ficou conhecido como Northern Soul”. Bellars está preparado para desmentir os falsos boatos que foram espalhados sobre a música do club. “As pessoas diziam que o Wheel só tocava lançamentos britânicos”, ele diz, “mas isso era besteira”. Na verdade, ele e seus amigos caçavam por discos em todos os lugares: da influente loja Corner em Londres, de alguns lugares de Midlands e de lojas americanas, como a Randy, no Tennessee.


Quanto mais obscuro melhor

A razão pela qual os DJs de northern soul eram forçados a ficar ligados nas raridades era simples: no começo dos anos 70, os EUA tinham parado de produzir os discos adequados. A música negra americana mudou do veloz soul-pop da Motown, e seus produtores - ao lado da imensa influencia de James Brown e Sly & The Family Stone - começaram a experimentar outros tipos de ritmos e sonoridade. O soul se tornou funk, e o acento foi para ritmos pesados, ao invés da saudosa melodia. Em Manchester, isso não aconteceu muito. Claro, ainda era uma black music bacana, mas muito funkeada e muito devagar para um público com a mente cheia de pílulas e anfetaminas. Eles precisavam de uma coisa com um pouco mais de urgência do que “say it loud, i`m black and i`m proud” (“diga bem alto, sou negro e com orgulho”). Então os DJs começaram a caçar profundamente e ir atrás de discos antigos que tinham o ritmo requisitado e o charme dos instrumentos de corda. Ian Levine, que mais tarde se tornou o disc jockey mais influente do Northern Soul, visitou pela primeira vez o Wheel no final de seu período de oito anos de existência. Ele recorda a mudança como a procura por obscuras velharias começou. “As pessoas estavam cansadas das mesmas músicas velhas - como “You`re Ready Now” de Frankie Valli e “Six By Six” de Earl Van Dyke - que tinham sido tocadas por anos no Wheel. Havia um público, uma audiência faminta nas noites, loucas de pílulas e anfetaminas, que queriam dançar aquele estilo dos discos da Motown”, diz Lavine. “Rob Bellars descobriu que se descobríssemos esses discos difíceis de achar, a cena sobreviveria”. Essa caça desvendaria um vasto universo de discos de soul negro (e, eventualmente, alguns execráveis brancos, também), até então desconhecidos. Ligeiros o suficiente para a diversão da juventude de ficar louco de pílula, e alguma vezes legais o suficiente para se destacarem e virarem hits pop. E conforme eles iam penando nas procuras pelo tipo certo de disco para suas pistas de dança, esses DJs estavam também aprendendo a trabalhar com o público - representando um tipo de sofisticação ao que emergiria em New York anos mais tarde. Não havia falas entre as músicas, apenas uma seqüência pura de soul com picos para deixar os “speed-freak-dancers” felizes. “Muitos DJs tocavam músicas numa certa ordem, por causa do jeito que as pessoas dançavam” lembra Bellars, descrevendo como ele tocava uma seqüência de três músicas do Bobby Freeman, “The Duck”, C`mon And Swin” e “The Swim”, nessa ordem, porque elas construíam um tempo rítmico. “Você construía isso gradualmente, e em seguida tocava cinco músicas rápidas na seqüência. Depois você desacelerava um pouco, senão a coisa ficava maníaca”. Os visitantes do Wheel ficavam impressionados com o que viam. “A dança é sem dúvida a mais legal que eu já vi fora dos EUA”, escreveu Dave Godin, um colunista de black-music no Blues & Soul e o homem que começou a operação Tamla Motown na Inglaterra. Todo mundo lá era um experto nas ‘palminhas soul’. Nos lugares certos, e com uma selecionada e penetrante qualidade que adicionava algo a mais na apreciação da soul-music. Não havia uma influência oculta de tensão e agressão, como às vezes encontrávamos nos clubs de Londres, mas sim um benevolente e bondoso espírito de amizade e camaradagem. Notando a força da cena do soul no norte, Godin, que morava em Londres, foi a pessoa que criou o rótulo “Northern Soul”. Em 1970, inspirado pela sua primeira visita ao Twisted Wheel, Godin empregou o termo “Northern Soul” (soul do norte) em sua coluna no Blues & Soul. Godin abriu uma loja de discos chamada Soul City em Londres, na Monmouth Street, no bairro de Soho. Ele primeiro percebeu as diferenças de gosto entre o norte e o sul quando o pessoal do norte, vindo de viajens de jogos de futebol, procuravam por um som específico. “O que eu notei foi que as pessoas que vinham do norte não estavam comprando o que subseqüentemente foi chamado de funk”, diz Godin. “Aí eu comecei a usar o termo ‘northern soul’, que era pra quando tivessemos a loja cheia de sujeitos do norte, tocaríamos só northern soul para eles. Foi assim que o termo pegou”. O Twisted Wheel de Manchester concedeu muito da parte essencial do que ainda viria. Ajudou a inspirar o nome da cena, começou com a caça obsessiva dos DJs por discos raros e desconhecidos, deu a ele um mar de contatos de devotados (e musicalmente entendidos) ‘clubbers’, e lançou o começo de uma intensa afeição entre a jovem (e branca) classe trabalhadora do norte e a black-soul-music americana. E também se consolidou como o principal club da Inglaterra. No mesmo período, New York tinha os clubs mais luxuosos, a clientela mais bonita e um sistema de som que dava vergonha se comparado com o do Twisted Wheel. Mas isso não era importante. Culturalmente e musicalmente, o que estava rolando no norte da Inglaterra era anos luz a frente do que em qualquer outro lugar. Inspirados pelo Wheel, uma porção de clubs apareceram, enriquecendo ainda mais o contato entre DJs, fãs e colecionadores. Leicester tinha o Oodly Boodly (depois o Noght Owl), havia o Mojo em Sheffield (onde o DJ era o jovem Peter Springfellow), o Dungeon em Nottingham, o Lantern em Market Harborough e o Blue Orchid em Derby. Em Birminghan, tinha o Whiskey-A-Go-Go, que varava a madrugada e era informalmente conhecido como Laura Dixon Dance Studios. Entretanto, nenhum desses foi tão influente como o Twisted Wheel. Foi aqui que, em um porão em Manchester, uma geração de colecionadores, ‘clubbers’ e DJs se apaixonavam pela soul music. Fatalmente, a reputação do Wheel como paraíso de drogas extrapolou, culminando com o seu fechamento pela polícia de Manchester no começo de 1971. Ele só poderia ser reaberto se houvesse uma cooperação com a polícia, para que os tiras ficassem dentro do club durante toda a madrugada. Houve cenas emocionantes na última noite. “Sabíamos que ia fechar”, diz Rob Bellars, “e as pessoas choravam”. Vendo o legado do Twisted Wheel em junho de 1974, um ‘soul-boy’ disse para a Black Music: “algo mudou quando o Wheel fechou. Você sabe, nunca mais haveria essa mesma cena musical “tudo-pela-boa-música”.


O Catacombs e Farmer Carl

Um club inextricavelmente linkado com o Twisted Wheel era o Catacombs em Temple Street, Wolverhampton. Apesar do seu horário de fechamento cedo (fechava à meia-noite) ter limitado uma influência direta, foi aqui que muito do menu iniciante do Northern Soul foi traçado. Seu DJ, Farmer Carl Dene, fez mais do que talvez qualquer outro em construir sólidas fundações para o Northern Soul. Ele foi provavelmente o primeiro DJ na cena a se empenhar em descobrir discos raros, e um dos primeiros em sacar que ter mais raridades do que sua concorrência poderia ser de fato uma parte criativa da discotecagem. E por introduzir e emprestar discos aos DJs no segundo Twisted Wheel, ele foi responsável pela explosão de muitos hinos no começo do Northern Soul. Farmer Carl Dene (“farmer” veio de um chapéu que ele vestia; Dene ele achou um belo nome artístico), nasceu como Carl Woodrofle. Ele descobriu a soul music como primeiramente um freqüentador do Whiskey-A-Go-Go em sua cidade natal Birmingham. Depois no Mojo, em Sheffield, e no próprio Twisted Wheel. “Acho que foi por causa que você não podia ouvir isso em lugar nenhum”, ele diz, “Era único. Você não ouvia nas rádios. Você não ouvia isso em um club normal. Você tinha que ir e escolher um lugar; e havia apenas alguns desses lugares”. Um colecionador fervido, ele começou a discotecar no La Metro em Birmingham, depois no Chateau Impney em Droitwich e depois, no mais conhecido, Catacombs. Farmer Carl não apenas tinha bons discos, como raros também. Discos que ninguém tinha. Ao invés de tocar a versão mais famosa de uma música, ele ia atrás da cover mais crua, menos familiar e fazia dela famosa. Um exemplo é a fantástica “I`m Not Going To Work Today”, pelo Boot Hog Pefferley And The Loafers. Essa faixa tinha sido um hit não muito importante da Clyde McPhatter, mas Carl preferia a versão mais obscura. Ele comprou sua cópia no Roger Eagle. “Aquilo realmente me impressionou”, ele lembra. “Então eu comprei por 110 pounds, o que é uma puta grana!” “Ele foi o único que descobria discos que eram tocados no Wheel”, diz Ian Lavine, o único dos DJs que vê Farmer Carl como um mentor da cena. “Ele achou o álbum do Richard Temple chamado “That Beating Rhythm” pelo selo Mirwood Records. Ninguém acreditava que isso existia. Você tinha que ir ao Catacombs para ouvir”. Dene também introduziu o Sharpee com “Tired Of Being Lonely”, Gene Chandler And Bárbara Acklin’s com “From The Teacher To The Preacher” e o clássico northern soul Doris Troy com “I’ll Do Anything” (Troy depois fez os backing vocals para “Dark Side Of The Moon” do Pink Floyd). “Farmer Carl era o único que eles ‘endeusavam’”, declara Levine. Haviam outros DJs influentes, incluindo um renomado colecionador de Gloucester, conhecido como Docker. Ele fazia a alegria dos fãs de soul no Wheel, por carregar uma maleta de discos com tranca. Uma das gemas dentro dessa mala super segura era a única cópia no país do Leon Haywood de “Baby Reconsider”, agora respeitado como um clássico do Wheel. Embora a cena ainda estivesse em seus anos de formação, ela já tinha uma influência na ampla indústria da música - foi esse embrionário movimento do norte que semeou os primeiros “chart-hits” que vieram dos clubs ao invés das rádios. Quando a música “Just A Little Misunderstanding” de Contours 45 (originalmente gravada em 1965 e re-escrita por Stevie Wonder), alcançou as paradas de sucesso em janeiro de 1970, isso proclamou uma nova era na dance music na Inglaterra. Tami Lynn com “I’m Gonna Run From You”, do selo Polydor de John Abbey, distribuído pela Mojo Records, que alcançou a quarta posição nas paradas em maio de 1971, breve se sucedeu. Abbey, como o fundador e dono do Blues & Soul, estava em posição privilegiada em ver possibilidades para essa música. A confirmação desse novo fenômeno veio quando a música “Hey Girl Don’t Bother Me” de Tam, uma canção que Farmer Carl Dene fazia breaks no instrumental dela, chegou a n. 1 em Julho de 1971 na Inglaterra. “Todo mundo, particulamente as garotas, ficou louco com isso”, ele diz. “A companhia re-editou a música e Peter Powell, que era da Stourbridge, perto do Chateau em Droitwich, ouviu e a trouxe para a rádio. Ele se ligou no clamor da música”.

Outras fontes de Informação sobre o assunto:www.northern-soul.comwww.6ts.info/www.northernsoul.co.uk/ns/
*Este texto foi retirado do livro que conta a história dos DJ's e que tem um capítulo exclusivo sobre a cena Northern Soul. (vou achar o nome do livro e passo para quem tiver interesse em saber um pouco mais sobre djs e suas fases na história da música. Se não me engano o livro é todo em inglês. Este texto foi traduzido por Marcio Custódio*
RETIRADO DE

sexta-feira, 22 de junho de 2007

The Real Kids - No Place Fast (Norton, 1999)


record nerd info
disco: No Place Fast
gravadora: Norton
ano: 1999
país: E.U.A (Boston)
Banda obscura de punk rock de Boston, teve seu primeiro lançamento em 1977 pelo selo françês Sponge Records. Apesar de ter seu início no boom do punk, seu punk rock é bem característico, muito influênciado pelo rock and roll original dos ano 50s (vide os covers de Cochran e Buddy Holy), melodias power pop e crueza punk.

Os Jovens - Os Jovens (CBS, 1967)


http://rapidshare.com/files/35118044/Os_Jovens_-_os_jovens__1967_.zip

record nerd info
disco: Os Jovens
gravadora: CBS
ano: 1967
país: Brasil

Duo vocal formado por Francisco Fraga e João José, que fez relativo sucesso na Jovem Guarda, gravando acompanhados pelo grupo Renato e Seus Blue Caps, principalmente. Gravaram um Lp (1967) e diversos compactos, entre Coração de Pedra, Se Você Me Abandonar e Eu Não Sei. Destaque para Coração de Pedra (bem punk!) e Você Fala Demais, dois 60s hits do cão!

Bem Vindo a Lata de Lixo da Indústria Musical



De tudo um pouco que foi jogado para escanteio da indústria musical e também aquilo que preferiu ficar à margem da indústria musical, do R&B dos anos 30 ao garage punk dos 60, da Jovem Guarda ao punk rock!




Contra burgês, baixe mp3!


hahaha!